¿Cómo atacar las realidades?
Breve introducción crítica al pensamiento del Comité invisible aka Tiqqun
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"La insurrección que viene” del Comité Invisible —a través de Tiqqun— fue el texto de la discordia. A partir de este texto los llevan presos. ¿Qué es lo primero que llama la atención de este texto? ¿Cuál sería la hipótesis rectora? La crisis no es la ruptura de algo del sistema, sino que es la forma que el sistema tiene para reapropiarse de la insurrección. Las situaciones de crisis son generadas por el sistema. Esto también está desarrollado en otro texto de Tiqqun "A nuestros amigos”. Hay una lucha constantemente contra todas esas cosas que nos quieren cooptar: desde el trabajo, la ciencia y demás; pero es una lucha que está perdida y que no se sabe si se va a ganar, pero que hay que hacerla igual.
Esa crisis de la presencia —desarrollada en el texto— provoca huelgas, o mejor dicho provoca una huelga en especial, que es la manera en que se lucha. La huelga obrera es la huelga clásica, pero ¿por qué no funciona más? Por la subjetivación del trabajador, que por más que no haya trabajo, continúa siendo el trabajador, se sigue produciendo trabajadores dentro del sistema. Un trabajador se produce no sólo mediante la escuela técnica sino por medio de una subjetividad. Entonces no alcanza con la huelga en el trabajo porque por un lado ocurre lo mismo que con la guerra social... la guerra social se queda corta porque la sociedad es el problema. Entonces en este caso es el trabajo el problema. Para decirlo en términos marxistas: “apropiarse de los medios de producción”. Incluso más, un obrero, alguien que obra no es un trabajador, del mismo tiempo que en la actualidad, ante la ausencia de trabajo o la exacerbación de la esclavitud esa subjetividad se parapeta detrás de la subjetividad de consumidor. Y un consumidor es capaz de matar o morir por entrar a comprar con su tarjeta a un shopping mall.
Entonces, ¿qué tipo de huelga es la que Tiqqun está proponiendo? La del desapego, la del desarraigo total. ¿Hay que desafiliarse? Efectivamente, hay que evitar ese ‘ser alguien’. ¿Qué sería ser alguien? Un marco de referencia identitario, que tiene que ver con el reconocimiento. En principio eso habría que tratar de evitarlo porque ese es el sujeto adaptado y además es aquel que puede ser rápidamente referenciado, cooptado y encuadrado dentro de los marcos de referencia del Estado. Grave problema del que Tiqqun no está dando cuenta. No todo el mundo puede dejar de ser alguien, y no siempre ser alguien es un proceso deseable. Dejar de ser alguien es algo que no va a poder hacer una travesti porque no depende de ella pasar inadvertida. Por ejemplo, una persona racializada, ¿cómo hace una persona indígena para pasar desapercibida en la ciudad de Buenos Aires? Ese es uno de los problemas que tiene Tiqqun con respecto al de las identidades y el reconocimiento. Si identidad es un proceso de interpelación, no siempre depende de una voluntad o de un deseo personal.
Para decirlo de otra manera, digamos que a veces lo que garantiza nuestra existencia social también es aquello que nos encadena o nos somete y preferimos encarnar ese sometimiento/sujeción a no tener existencia social. Pero a veces ese deseo de existencia social, incluso como sometidxs, no depende de nosotrxs, especialmente cuando hay una serie de características corporales o de expresiones de género, o de expresiones de deseo, que siempre van a hacer saltar nuestra presencia dónde estemos. Por ejemplo, para una persona con tal o cual característica específica, pasar la frontera no es una cuestión de "pasar piola”, "que no se note”... no lo podés evitar.
Ese es el problema de la identidad. Hay que perder cierto ego y cierto "yo” y cierta individualidad, siendo el individuo la sede a partir de la cual se genera un sujeto. Pero eso no es algo que puedan hacer todos los cuerpos. Entendiendo que ese estado de neutralidad, el devenir cualquiera de que habla Tiqqun en este texto y otros, es un lujo neutral que se puede dar en unas ciertas características corporales que no todo el mundo posee, porque la neutralidad es hétero-blanca-cis-europea, no es algo que pueda hacer cualquiera.
La huelga humana
Desafiliarse políticamente tiene que ver con la identidad, pero también con hacer una huelga, ¿qué tipo de huelga? Hay un principio tiqquniano, una hipótesis: la huelga humana. Pero no es cualquier huelga. Hay un texto, “¿Cómo hacer?”. En principio hay una huelga humana, mucho más importante que la huelga de los trabajadores, que significa abandonar la humanidad. Dejar de funcionar en ese lenguaje de signos que te hacen reproducir los patrones de sistemas, y las muchas cosas que se hacen en nombre de la humanidad, como para salvar la humanidad.
¿Quiénes somos humanxs? El que es sujeto. Y como no hay sujeto sin género, la huelga humana implica la huelga de género. La definición de sujeto siempre es varón o mujer o femenino o masculino (y todo su amplio espectro colonial identitario reterritorializante del binarismo).
Entonces no es tanto “no tener” género, sino desquiciarlo, enloquecerlo. Ahora, el problema de desquiciar al género resulta en que en vez de tener disforia de género, tendré euforia de género... seré altamente visible. Si unx quiere pasar desapercibidx, lo que tiene que parecer es un muchacho de la Sorbona, o un hippie rubio de ojos azules jovenzuelo. A donde sea que vaya podría ser cualquiera. Ahora, si te sos una persona que miran tres o cuatro veces y nunca estar saben ni de qué género es ni de cuáles son sus prácticas sexuales, ni de qué formas de vida conlleva... Bueno, justamente, se van a provocar muchas miradas... Andá a cruzar una frontera así.
Sin embargo, hay que hacer esa huelga humana. Lo que ocurre es que esa huelga no se puede hacer sin esa huelga de género. Lo cual implica volverlo loco, como la huelga de trabajadores implica sabotear/romper la máquina. Por ejemplo, si se trabaja en una empresa, ¿cómo hacés? Muy fácil, rompés la computadora, te bajás muchos virus hasta romperla. La gente que trabaja en empresas no está todo el tiempo descomponiendo la máquina. O por ejemplo, podés vivir enferma psiquiátrica todo el tiempo: trabajás en un call center y te descomponés todo el tiempo. Después de tres años vas a poder negociar tu contrato, con suerte.
Todas aquellas personas que no gozan de los beneficios del régimen no son relamente humanxs... Entonces, ¿cuál es la lucha? ¿luchar para incorporarles a este calvario donde nos encontramos? No, hay que sustraerse del humanismo. Foucault dice en Microfísica del poder:
«Entiendo por humanismo el conjunto de discursos mediante los cuales se le dice al hombre occidental: “si bien tú no ejerces el poder, puedes sin embargo ser soberano. Aún más: cuanto más renuncies a ejercer el poder y cuanto más sometido estés a lo que se te impone, más serás soberano”».
La participación política está reducida al voto. Y ¿qué es que la participación política esté reducida al voto y el fetichismo del voto? Básicamente significa renunciar al ejercicio del poder. Cuanto más se renuncie al poder, más soberano se es. Eso es lo que dice el poder actual hoy y en el capitalismo tardío. Tampoco tiene que ver con una democracia directa, es decir, la asamblea. Se podría pensar que Tiqqun está actualizando este texto de Foucault en el sentido de que la asamblea ya lleva en sí el germen de aparatear la decisión. Es decir, ya se decidió fuera de la asamblea con el grupo de amigxs, con el grupo de afinidad, con los grupos de trabajo; y cuando se va a la asamblea se va a votar, no se va al debate. Vos ya decidiste, nos juntamos entre quienes nos conocemos y vamos con la decisión ya tomada de antemano. Entonces, tampoco tiene que ver con el ejercicio de una democracia directa.
Por otro lado, el pronlema del soberano tiene el sujeto, porque el sujeto soberano, tal como se nos dice en la actualidad, es un oxímoron, una figura de la contradicción retórica, porque ¿cómo vas a ser sujeto y soberano a la vez? Si fueras soberano no estarías sujeto. El poder nunca esconde nada. El problema es que si nuestra existencia social depende de encarnar nuestro propio sometimiento, a veces deseamos nuestro propio sometimiento con tal de tener una suerte de existencia social. Si soy discapacitadx, soy una persona con una singularidad corporal que la medicina y el Estado diagnostica como discapacidad, prefiero ese diagnóstico y ese certificado y ese valor social a ser invisible, porque sino, no existo. Entonces lo asumo, lo deseo, lo encarno y lo milito. Y eso pasa en todos los órdenes, porque si no, no existo.
¿A fuerza de qué? A fuerza de neutralidad.
Cuanto más se participe de la crisis de la presencia, más soberano se es, más inteligibilidad social. Entonces sigue la cita de Foucault:
«El humanismo es lo que ha inventado paso a paso estas soberanías sometidas que son: el alma (soberana sobre el cuerpo, sometida a Dios), la conciencia (soberana en el orden del juicio, sometida al orden de la verdad), el individuo (soberano titular de sus derechos, sometido a las leyes de la naturaleza o a las reglas de la sociedad), la libertad fundamental (interiormente soberana, exteriormente consentidora y ‘adaptada a su destino’). En suma, el humanismo es todo aquello a través de lo cual se ha obstruido el deseo de poder en Occidente —prohibido querer el poder, excluida la posibilidad de tomarlo —. En el corazón del humanismo está la teoría del sujeto (en el doble sentido del término). Por esto el Occidente rechaza con tanto encarnizamiento todo lo que puede hacer saltar este cerrojo. Y este cerrojo puede ser atacado de dos maneras. Ya sea por un ‘des-sometimiento’ de la voluntad de poder (es decir por la lucha política en tanto que lucha de clase), ya sea por un trabajo de destrucción del sujeto como pseudo-soberano (es decir mediante el ataque ‘cultural’: supresión de tabús, de limitaciones y de separaciones sexuales; práctica de la existencia comunitaria; desinhibición respecto a la droga; ruptura de todas las prohibiciones y de todas las cadenas mediante las que se reconstruye y se reconduce la individualidad normativa.»
Como vemos, no se trata simplemente de la huelga de trabajadores. Se nos ha arrancado todo lo que genere algún tipo de presencia — término cuñado en El Mundo Mágico de Ernesto de Martino para denominar las sociedades del encanto.
Contemporaneamente, también vivimos en un mundo mágico, pero el nuestro no se hace cargo de su magia. No es que vamos a comer a McDonalds porque no tenemos información de lo que se hace ahí, o con qué está hecha esa comida, o no entendemos qué sabor tiene. No es que compramos zapatillas Nike porque no hay una buena campaña de información para saber que la obsolescencia de las Nike está programada en el lapso de un año. Tiene que ver con lo que los dispositivos generan en cuanto a cuestión de subjetividad. Para decirlo de otra manera, al volante de un coche solo se puede ser automovilista. Puedo usar un cuchillo para cortar o puedo usar un cuchillo para abrir una puerta, o puedo usar una tarjeta de crédito para abrir una puerta; pero en general para lo que se usa una tarjeta es para embargarse, para convertirse en sujeto, para cubrirse de deudas. Unas deudas tan grandes que nunca vamos a poder pagar y entonces, se anula de manera voluntaria la propia libertad.
¿Cómo generar modos de organización que no sean indiferentes a quienes se organizan? Las organizaciones son indiferentes. Cualquier organización de barrio en general no es gente que vive en el barrio. De lo que está hablando Tiqqun es de algo que tiene que ver con volver a rescatar de alguna manera todos los elementos marginales y abyectos que hay en el cuerpo social, porque esos elementos no pueden ser cooptados o reincorporados a lo social. Es decir que es en los elementos antisociales donde está la presencia: las solidaridades no estatales, las economías informales... no hay que formalizar la economía, no tiene que ser ese el paradigma.
¿Cómo los que llegan al poder político llegan a ese poder? De alguna manera que el Estado neoliberal nunca prospera, el problema es el Estado de bienestar. Que los empresarios terminan siendo empresarios y nunca llegan al poder real/político; a poder manejar la nación, sino que son aquellos que se formaron para ser políticos y que llevan a adelante ese tipo de Estado quienes realmente llevan el poder. La Escuela Nacional de Administración es donde son formados los funcionarios con altos cargos políticos en Francia y de ahí salían todos los políticos... hasta Sarkozy, el primer presidente que no se formó en esa escuela, es abogado. Por ahí se puede comparar con Macri acá, que es una persona que viene de otro mundo, no de una escuela política como el Nacional Buenos Aires o el Carlos Pellegrini. Con respecto a Macri, hay una diferencia sustancial con Sarkozy, y es que Macri es carne de laboratorio que evidencia el proyecto de gestión de la crisis. Porque es la primera vez que se visibiliza de manera ostensible —que se hace evidente— que se ha puesto a alguien que sabe hacer gestión empresarial. Él es un empresario de toda la vida, de una familia de empresarios.
Miedo a la intensidad
Entonce, se intenta, mediante todos los equipamientos mencionados anteriormente, sustraernos de todo aquello que provoque alguna especie de intensidad. Por eso, esa idea de respetar la cultura, los reglamentos, ser el primero en la clase, ese apego tan grande a las universidades, al conocimiento académico, a la justicia, la ciudadanía y el bien. Hasta el más grande rechazo al capitalismo está impregnado de escolaridad,que es la tesis de la Ilustración.
Los Tiqqun le están pegando directo a la Ilustración. Esa vieja frase de José Martí, libertador cubano, "ser libre depende del conocimiento”, "saber es la única manera de ser libre”... Mentira, no es que la gente va a comer a McDonalds porque no sabe, no es que la gente se embaraza porque no sabe, no es ese el motivo, hay otras cuestiones que operan ahí, no es que estamos todas oprimidas por el poder patriarcal porque no entendemos cómo funciona el patriarcado: tiene que ver con la existencia social, tiene que ver con muchas otras cosas, incluso con componentes mágicos, como analiza Ernesto de Martino.
Ese miedo a la intensidad es lo que hace que respetemos la cultura. Por supuesto que es paradójico, viniendo de los Tiqqun justamente, por los mismos motivos que es paradójico que el bueno de Platón haga diálogos para hablar en contra de escribir. A ver Platón, ¿te decidís? ¿Escribís o no escribís? Hacer diálogos en contra de la escritura, escribir esos diálogos, es una contradicción. Lo que están diciendo los Tiqqun en este texto, por lo menos en lo que respecta a la parte de los círculos, es que hay una agonía de las relaciones sociales y se profundiza la separación reinante. De lo que emerge un axioma: los Tiqqun tienen una frase axiomática tipo eslogan “volverse autónomo es desear encontrar un patrón”. En nuestra cultura volverse autónomo es tener un trabajo asalariado. Por eso la gente está tan en contra de la precarización, cuando en realidad todo es precario. Hoy estamos mañana no, hoy tenemos salud y mañana no, etc.... No tiene sentido luchar por lo no-precario. Pensándolo en términos tiqqunianos, es hacerle el juego al poder, entrar en la lógica del poder.
De allí, esa postura anti-nostálgica de Tiqqun sobre esta descomposición de las formas sociales que se operan, ya que la consideran una oportunidad: es la condición para la experimentación —experimentación de nuevos arreglos novedosos, de nuevas formas de afecto, nuevas formas de relaciones amatorias, de nuevas economías, es la condición—. Ellos hacen gran honor a la frase de Gramsci «pesimismo del intelecto, optimismo de la voluntad». En eso están pensando cuando dicen que la descomposición de las formas sociales que se operan es una oportunidad, de donde se deriva esta idea de que hay que reivindicar los ilegalismos, es decir, todo lo que haya de ilegal, que se sustraiga de la afición al trabajo. Por lo menos tiene un flujo de intensidad que tanto el trabajo como las formas sociales reconocidas no tienen, están vacías por completo.
El trabajo como método de disciplinamiento
Y ¿cómo piensa el trabajo Tiqqun? Este es un punto fundamental, porque acá en Argentina la pulseada "la ganó” el anarco-obrerismo. Cuando a finales del siglo XIX, principios del siglo XX vinieron las hordas de inmigrantes, la moda que se impuso en términos de insurrección fue el anarco-obrerismo, la FORA. Esto lo cooptó el peronismo. ¿Cuál es la frase de Perón? «el trabajo dignifica». Y ¿por qué el trabajo sexual es malo? Porque es indigno, así es como opera. Mediante el anarco-obrerismo —vía el peronismo—, tenemos este resultado de reivindicación del trabajo: el trabajo asalariado. Y el salario, dice Tiqqun, funciona como método de disciplinamiento, es como la crisis un método de gestión, es en sí un dispositivo de gestión. El trabajo disciplina. Y el salario no viene solo, el salario viene primero con una identidad, no es cualquier cosa. Se te define por la labor.
Las nuevas figuras de trabajadores desechables, ṕor ejemplo en un call center, donde por un tiempo va a ir alguien a hacer ese trabajo porque necesita la guita para subsistir, pero nunca va a durar lo suficiente como para organizarse contra esas condiciones insalubres de trabajo. Lo que tiene el call center son posibilidades de sabotaje y el sabotaje no es una reivindicación obrerista. Quienes hacían sabotaje no eran los anarco-obreristas, ni los sindicalistas, ni los socialistas sindicalistas.
Esto está muy controlado. Por día en un call center tenés que hacer cierta cantidad de llamados con respuestas mínimas para poder hacer la plata del día. Aquellas personas que llegan al call center y lleguen a la demencia tienen la posibilidad de alegar demencia. Pero, ¿quién quiere ser la loca? No te pueden echar si vos pedís una licencia psiquiátrica. Los call center están llenos de licencias psiquiátricas y después de tres años se puede negociar la renuncia sin ser echado. Aguantás un año y medio y a partir de ahí empezás a pedir la licencia psiquiátrica y después de tres años pedís negociar, «charlemos, yo me quiero ir pero a cambio de algo». Esto es algo que el call center lo tiene super estudiado. ¿Qué gestiona el call center? La identidad, nadie quiere ser la loca del call center. Las lógicas del trabajo tienen que ver con dejar de pensar el trabajo como una posibilidad de crecimiento, de identidad. Eso también se puede hacer con la docencia institucional, comida por el discurso de la educación. Todavía hay un montón de gente que aspira a un buen trabajo en términos de reconocimiento social. Por ejemplo los periodistas, por eso están todos los periodistas chupando culos por poca plata.
Lo que Tiqqun quiere decir con el salario, es que el salario opera en muchos sentidos. No tiene que ver con la plusvalía, es un análisis no marxista, no económico sino político. El salario genera, por una parte, un modelo disciplinal porque genera una subjetividad. ¿Cuál es la subjetividad? Lo que produce son consumidores, si tenés plata la vas a gastar. Si trabajás 9 o 10 horas por día, después querés hacer rendir tu plata, vas y consumís cosas que no necesitás para nada, electrodomésticos por ejemplo. Se producen consumidores. Por otro lado tenés tarjeta de crédito, entrás en las finanzas. Entrás en una espiral donde en lo que te convertís es en un esclavo. Si no tenés un salario no consumís como alguien que tiene un salario regular. Si pudieras comprar tu libertad y convertirte en un sujeto, en lo que te convertirías es en un consumidor. En cambio, si tenés un trabajo precario donde hoy sabés qué plata tenés, pero el mes que viene no sabés cuánto vas a ganar, esa precariedad te impide que vayas y gastes toda la plata de una; entonces consumís menos. No la podés patinar, aunque tengas mucha plata, porque no sabés si el mes que viene vas a tener mucha también. Entonces siempre tenés que hacer ciertos cálculos. La precariedad tiene ciertos beneficios, como el de no insertarse en la rueda de la economía. Tiqqun lo que dice es que no hay que trabajar sino buscar maneras de no trabajar. No hay que buscar maneras de incorporarse al sistema.
Por otro lado, hay algo en el ingresar a estas lógicas, que tiene que ver con las lógicas del trabajo, con las lógicas del Estado, que son gérmenes que después lo contaminan todo, y lo contaminan todo de maneras que no se pueden predecir. Si te contaminás con esta idea de que el Estado se tiene que hacer cargo, cuando te das cuenta que el trabajo informal le está funcionando a gente sin que el Estado medie, pensás que el problema es la precariedad, después vas y denunciás a la piba que hace budines en su casa porque puede tener salmonella o botulismo. Cuando se empiezan a reivindicar estos órdenes, después se termina denunciando en el Estado. Hay que desafiliarse de ciertos órdenes. Entonces, el problema es imponer la ética del trabajo. Los Tiqqun van a decir que esa ética del trabajo se impuso en el siglo XVII echando a toda la fauna de personas ociosas y malentretenidas.
La insurrección que viene
No hacer es hacer. Todas estas críticas que hacen al trabajo como dispositivo de control o dispositivo disciplinar, a los partidos políticos, a la huelga obrera que tiene que ser una huelga humana; todo eso son propuestas negativas. El devenir cualquiera, el no tener una identidad reconocible, definible o reterritorializable de acuerdo a los cánones de referencia, todo eso es una propuesta. Lo que ocurre es que se espera que las propuestas sean el programa de acción política del partido, y esta es otra manera de organizar el partido. A medida que avanza el texto hay una propuesta, lo que pasa es que es otra manera de hacer una propuesta. Preguntarse ¿Quién? forma parte del problema. Su propuesta no es masiva.
Macri es un ejemplo de eso, y antes de eso lo fue el Néstor que asumió con 20% de votos. Lo numérico es una estadística y la estadística es un exabrupto de la aritmética. La estadística maneja el mundo, claramente. Piensen en la medicina que tiene el peor método lógico que existe, el método inductivo que postula que si veo una vela que se derrite con el calor, entonces toda la parafina se derrite. Bajo ciertas condiciones pasa eso, podría pasar que no, eso es lo que esconde el método inductivo. El método inductivo está basado en la estadística, ¿qué pasa si alguien se sale de la curva de la estadística? «Anormal; patológico», ese el problema con lo numérico. Hay una intensidad que es molecular: la intensidad molecular de algo no tiene que ver con la cantidad de personas, tiene que ver justamente con la intensidad que eso permite. Lo masivo es poco intenso.
Descomponer tiqqunianamente una cierta lógica cuando quieren que el resultado se vea. En este texto de lo que hablan es de desafiliación política mediante la huelga humana. Si se rompe con la identidad ya el quién no tiene sentido. Hasta este momento nosotrxs estamos acostumbradxs a que la revuelta, o la revolución, o la insurrección o lo que fuera, siempre tiene un quién. ¿Cuáles son los graves problemas de tener un quién? Hasta ahora el sujeto histórico.¿Quién es? El obrero, el proletariado, así lo dice Marx. El problema de tener un quién es en principio que puede reterritoralizar otros valores; ningún sujeto es puro. En principio el sujeto es una producción, y como su nombre lo indica está sujetado. Por otro lado, no hay sujetos puros, no hay identidades puras, las identidades son múltiples, como Tiqqun plantea al principio, con el marco de referencia, las identidades y el reconocimiento. Un problema del mundo de la moral, el mundo de las taxonomías aristotélicas, es decir, el mundo de las potencias. El ser alguien, el estar definido identitariamente, el tener un cierto reconocimiento (nace alguien y dicen «es un varón», «es una mujer») es la circunscripción de las potencias a un cuadro de referencia.
Al margen de que esas operaciones se hacen con cuchillo en mano: si no te bajó el testículo te lo operan, no esperan a ver si baja, no esperan a ver si igual podés andar; te lo cortan; recién acabás de nacer; te lo hacen salir, a como dé lugar, basándose en la estadística y en la prognosis. Ese es el primer problema: la coerción con respecto a la potencia corporal y los devenires que ese cuerpo puede tener a largo plazo que enseguida queda circunscripto a un marco de referencia. Segundo, ¿por qué les parece que hace falta que salgamos con el documento? es muy importante que nos puedan identificar, entonces como decía La Polla Records «quieren identificarnos, tienen un problema». El reconocimiento tiene una relación con esta idea de poder identificarte, poder saber quién sos, qué hacés, saber tus hábitos de consumo, poder predecir tu comportamiento... y lo que no puedo predecir lo puedo controlar. Lo puedo producir globalmente. De allí el salario.
Haber ganado las olimpiadas de la opresión no te hace estar exenta de oprimir, eso es uno de los problemas. Por eso la pregunta de «¿cuántas personas?» no es un tema relevante para este paradigma. Hay que ir a buscar ejemplos históricos: ¿cuántas personas producen tal o cual alzamiento? ¿Cuántas personas producen tal o cual insurrección? ¿Lo sabremos? ¿Es importante? Sin embargo es una revuelta, es un estado de excepción, es una comunidad organizada bajo sus propias reglas, con sus propios problemas. No funciona por el número, funciona por la capacidad de afectación: como el luddismo o las Rote Zora, si todo el mundo participante se afecta y se involucra, incluso cuando no estemos de acuerdo, nadie osaría hacer críticas no relevantes; nadie hablaría mal de ese alzamiento. No tiene que ver tanto con el número, con «¿cómo convencemos a todo el mundo?» porque no vamos a convencer a todo el mundo, esa es la verdad. Tiqqun dice: no es que hay que ir al pueblo, el pueblo no existe, lo que existe es la sociedad, existe la población, que son objetos del gobierno, el pueblo se produce en la catástrofe, en la insurrección, una suerte de perífrasis de Deleuze de la cosa está en el acontecimiento, no es el acontecimiento.
¿Qué quiere decir eso? es importante tirar piedras, es importante que la policía tema. La policía teme, tiene miedo, probablemente menos que quien va la insurrección, pero tiene miedo, no es moco de pavo. La gente podría darse vuelta... Entonces, ¿cómo hago para producir esas afectaciones? ¿sólo con las piedras? No, socavando el fundamento.
¿Cómo se socava el fundamento? en parte dejándose caer, saliéndose de ciertas lógicas. Hay fundamentos que hay que erosionar. La “lógica de la cantidad” es enemiga de lo que están proponiendo, el pueblo se arma ahí, en eso que va contra la regla, ahí es donde se encuentran lxs unxs con lxs otrxs; con lxs otrxs que están en la misma. No es que el pueblo apoya, la insurrección es el pueblo: los Diggers, los Levellers. No es que son insurrecciones que alguna persona iluminada pensó, y se le ocurrió hacer y el pueblo apoyó, son el pueblo. No está en el texto escrito, pero podemos imaginarnos a qué se refieren cuando dicen que no se va a poder salir del conflicto, ¿quiere decir que la guerra va a ser la guerra tal cual ahora la pensamos? No, porque eso no se puede sostener, solo se puede sostener con las sociedades pacificadas o arrasando sobre la gente, tirándole bombas desde el cielo.
El mundo se mantuvo mucho tiempo mediante conflicto, con mayores o menores resultados pero con una cantidad de pluralidad, de diversidad, mucho más grande que la de hoy. Hay que socavar fundamentos que dicen que ahora estamos mejor y que el progreso avanza y cada vez es mejor. En el medioevo había posibilidad de fugar, posibilidad de irse, de armar la tuya; estaba el orden imperial, estaba Carlomagno llevándose puesta a toda Europa y viendo como llegaba a Asia, estaba eso, pero también estaba toda una diversidad de cosas que operaba bajo su propia lógica, sus propias reglas. Hoy realmente es mucho más homogéneo, ¿quiere decir que tenemos que volver ahí, donde no había penicilina? No, quiere decir que hoy conocemos el jabón. Ahí había más diversidad, no hay que perderlo de vista. Había esa posibilidad de la comuna autónoma, del propio proyecto, del propio conflicto y de cómo lo resuelvo, no era lo que proponía el Imperio. Carlomagno no la tenía atada, no estaba todo el mundo de acuerdo, de hecho la gente ni se enteraba que existía, vivía en su comarca, tenía su dificultad, le subían el diezmo, y frente a la subida de tal o cual impuesto decía a ver ¿qué hacemos? opción 1 lo pagamos, opción 2 le matamos a todos los mercenarios, opción 3 nos vamos al bosque, opción 4 nos vamos a un convento, opción 5 armamos nuestra secta.
No somos todxs humanxs
La desafiliación política es un tipo de huelga, es la huelga humana, ¿vieron que los derechos humanos son lo más y parece que empezaron cuando empezó Europa tal cual hoy la conocemos? Todo el mundo tiene que ser humano y es lo más de lo más y no te podés quejar nunca en contra de los derechos humanos sin reterritoralizar a alguien de la Sociedad Rural que diga que eran extremistas, subversivos y que «qué bien que los mataron». ¿Cómo haces? Como se habrán dado cuenta no hay humanos sin género, ser humano no es solo un movimiento excluyente. La "Campaña del desierto”, ¿qué desierto? si ahí no había un desierto, era la Pampa húmeda, no eran europeos ni criollos, estaba lleno de gente, no era un desierto. Lo humano siempre deja afuera algo: los primeros que quedan afuera son los animales, ellos nunca son humanos, la orangutana nunca es humana, no importa que comparta con nosotras tanto material genético como un sapiens sapiens; ahí tenemos a la orangutana dentro de una jaula, no hizo nada pero está encarcelada. Y después están todas estas personas que no gozan de lo humano ... no todo el mundo es humano.
Esto es lo que dicen los Tiqqun en "A nuestros amigos” cuando hablan de reducir la participación política al voto: capturar la “voluntad de poder”. Capturar es hacer lo que tu deseo está planificando; no importa si estás sola, vas y lo hacés. Haciendo es donde encontrás la solidaridad, por eso hablan todo el tiempo de la metáfora del desierto, el desertarse, desafiliarse, como hacíamos en el medioevo, donde la gente se iba y en el camino a Santiago de Compostela se encontraban con los otros que se habían ido. No quisieron ingresar a las universidades y ser laicos consagrados. Esto se puede completar leyendo la introducción de Mecanismos psíquicos del poder de Judith Butler. Como ya dijimos, si aquello que garantiza mi existencia social supone mi propio sometimiento, a veces existir socialmente es mejor que no tener existencia, por ende yo voluntaria y deseosamente acepto mi propio sometimiento. Eso es un sujeto. No dijeron "libre de torcido”, dijeron sujeto de derecho.
Entonces el humanismo, dice Foucault, es lo que ha inventado estas soberanías que son el alma, soberana sobre el cuerpo, sometida a Dios —donde encuentren un hippie al alma le dicen energía—, y lo que te pasa en el cuerpo está sometido a tu buena onda. Los psicólogos le dicen transferencia negativa. Voy a la manifestación de tal o cual cosa con un celular, toda la policía está encapuchada, ninguno lleva placa... ¿Qué estoy filmando? A su vez esa policía tiene la orden de estar ahí, tiene la carta blanca para estar ahí, y tiene el aparato legal y legislativo que lo respalda, por otra parte la gente votó al que está ahí, ergo: tirale una piedra y empiecen a correr, lo del celular no va a funcionar, eso es tener obstruida la voluntad de poder.
Tiqqun está haciendo el llamamiento a organizarse en banda. Por ejemplo lo primero que hace la banda es que la policía muestre la hilacha: sos un mafioso legal y nosotros la mafia no-legal. Lo segundo son las solidaridades, el viejo debate de por qué no hay sujeto. Tienen que chequear el debate Bakunin/Marx de la Primera Internacional. Marx inventa esta categoría política que en realidad es el lumpen (vándalo) y los excluye de la revolución, y Bakunin dice «nooo, esa gente ya está enterrada, vive en la catástrofe y no tiene nada para perder». Después Deleuze y Guattari dicen que el devenir siempre es menor, no se puede tener un "devenir ciudadano de bien”, eso es una reterritorialización.
Todo eso se supone en la huelga humana: dejarse caer, dejar de reconfigurar, porque humano es una persona, sujeto, con género, ciudadano de bien. Eso es un humano. Por eso la gente no llora cuando se muere un motochorro o cuando matan a un villero. Cuando asesinan a Mariano Ferreyra, que al fin de cuentas murió militante, se convirtió en héroe, todo el mundo lo lloró. Cuando mataron a esos 3 bolivianos sin nombre, en el parque Indoamericano dos meses antes... a ver si alguna organización de izquierda hizo un comedor, un comité o algo. Los mató la misma persona, ¿acaso valían menos?
Si querés apoyarme economicamente para que siga produciendo y liberando material escribime a haciendoamigxsconleonor@gmail.com