¿Qué hubiera pasado si no me hubiera ido de Buenos Aires? No habría pasado nada, exactamente eso, NA DA. Vuelvo a una ciudad arruinada en todo sentido (no existe habitar alguno más grande que una metrópolis, lo siento en el alma) para ver cómo la gente que vive o hace su vida acá no le ha pasado nada, no importa lo que les haya pasado. Todo es nada. Siempre con los minutos contados, siempre llegando tarde, siempre corriendo, sin poder disfrutar nada, sin poder detenerse, sin tiempo, sin poder frenar, yendoviniendo rápido y furioso. Si no me hubiera ido, estaría muerta o muerta en vida. Prefiero vivir queriéndome morir que estar muerta y seguir.
Miraba en un perfil de divulgación de noticias científicas algo digno de Black Mirror: Japón tiene robots que atienden mesas de restoranes, que son dirigidos vía AI por personas con respuesta cerebral pero el resto del cuerpo incluso con asistencia respiratoria. Trabajar como slogan de la inclusión semiviva o semi muerta. ¿Tendrán que trabajar para que se les desconecte? ¿Lo harán por qué así desean pasar sus últimos días? ¿Por qué es la única alternativa a socializar? ¿Para pagar la asistencia médica? ¿Por soledad? ¿Por aburrimiento?
Extraño mi soledad aunque también acá es muy solitario pero sobre estimulado. Todo el tiempo hay estruendo. Alguien alguna vez me dijo que no se resignaba a no poder volver a su vida anterior, lo cual incluía un trabajo esclavo y tedioso y una relación no deseada solo para no tener que lidiar con la ansiedad.
A veces siento una profunda pena por saber que envejecer es un lujo que no podré costearme, que no llegaré a prodigarme. A veces extraño cuando creía que tener amistades era algo más que consumir, que los médicos eran algo más que periodistas o influencers. Me abruma y me ofende el desconocimiento, la ignorancia, la abulia y la ritualización del vacío en el que la ciudad y su subjetividad existen. Yo llegué a ver y conocer a otros viejos, con otras sociabilidades y con otra presencia que esto que les están haciendo ahora, no solo el gobierno, y por supuesto el gobierno; pero el gobierno es la cesión de nuestro consentimiento y ultrajar ancianos y ancianas, dejarlos a su suerte, es algo con lo que todo el mundo está de acuerdo.
¿Acaso elegí el camino de abrojo, el camino de las piedras? En esta ciudad hace calor y humedad hasta cuando hace frío.
Mis últimos años los más duros y los mejores. Mi vida volvió a cambiar irreversiblemente. Estoy en otra. A veces, no sé que sentir pero sí sé que es el juego equivocado, ya no me compete. Estamos ante un evento de extinción masiva contemplando el exterminio de poblaciones enteras y ecosistemas. Le creó a quien se retira del festival que a quien aprovecha la ocasión para hablar de la famosa causa justa que ya sabemos paga al contado sus réditos. Creo que no hay mañana y que hay que decirlo a viva voz aunque nos cueste la vida, el alma, la carrera. Creo que se confunden privilegios con necesidades Creo que no es momento para tener éxito. Creo que éxito sería un mundo aparte. Creo que es momento de utilizar cada púlpito para anticipar y conjurar, para decir la verdad: No se puede continuar viviendo de esta manera como espectadores de lo que pasa.
Diario del malhumor y del dolor de espaldas.