Filosofía cortesana
Tecnicamente hablando si seguimos a Giorgio Colli en su libro El origen de la filosofía esta palabra no es más que un neologismo creado por Platón para decir que él no es un sophós, sabio, sino alguien que ama (phileo) lo que los sophoi producen: la sabiduría. Si realizó esta disquisición entre el amor por la sabiduría (filosofía) y la sabiduría misma (a lo que se dedican quienes son sabios y sabias, es decir de Sócrates y su mítica maestra Diotima a los físicos) por falsa modestia o autentica humildad queda a juicio de cada quien. No obstante, el pensamiento crítico es inherentemente impopular, la famosa adoxia de los cínicos, que se dedicaban con su mordedura pedagógica a contagiar la rabia contra el poder. Si para desautomatizar la percepción hay que ofender lo que existe, es imposible producir y trasmitir un pensamiento filoso y al mismo tiempo caerle bien sobre todo a las elites. Por eso, Diógenes de Sínope, ante el ofrecimiento de Alejandro Magno de qué podía hacer por el emperador por el sabio, responde que se corra que le tapa el Sol: primero a qué puede ayudar sino a caer un emperador y segundo esa falsa humildad no se la compró dado que tapar el Sol, en última instancia, es creerse una divinidad, ¿o Phebo Apolo, dios de la sabiduría no es, acaso, la estrella de esta galaxia? Por eso, se suponía, la filosofía era un oficio peligroso. Como bien dice Lao Tse en el Tao te Ching (en la traducción de Le Guin); “las palabras verdaderas no son gratas/las palabras gratas no son verdaderas. De hecho, el logos, la palabra, no fue hecha ni para agradar ni para comunicarse sino para pelear. De eso se trata la agonística, es decir la famosa batalla por los enunciados.
Hoy, al menos donde nos toca estar, “filosofía” suele ser el equivalente a, en el mejor de los casos, una licenciatura en... o peor, denomina este seudo pensamiento de tipo cortesano, lisonjero, ramplón que busca adhesiones y likes, más cerca del coaching que de otra cosa con el que se autoperciben tanto el desatinado streamer nepo baby del padre cómico e indulgente, que cuenta y/o inventa (no sé que es peor…) al aire y en vivo una anécdota íntima con una famosa estrella del pop; como el avejentado hijito del viejo sabio argentino codirector de la revista Contorno, que ya había coqueteado antes con los tiranos de derecha (frente a los tiranos interseccionales); pasando por el intelectual orgánico del progrerío amigo de Dignity Cautiverio y su filosofía en frases, tipo aforismos de Narosky; pero, ¿por qué los vástagos de ciertas celebridades quieren continuar la ruta de sus padres cuando estos son divinidades del Olimpo? De la hija de Kate Moss a los de Lennon, parece que en este rubro a veces se da la misma versión pero en forma de entretenimiento y consejos baladí. Moris tampoco tiene la culpa, tampoco.