Virginia Wolf. Acerca de estar enferma
Si querés apoyar económicamente o consultar por mis clases envía un email a haciendoamigxsconleonor@gmail.com
Quienes estén interiorizadas en las teorías de la diversidad funcional es probable que se hayan topado con lecturas como la Teoría de la mujer enferma de Johanna Hedva; del mismo modo que solo retengan de manera autobiográfica que Virginia Woolf no participaba exactamente de lo que se llama hoy el régimen de opresión de la neurotipicidad no solo por sus diagnósticos psiquiátricos sino también porque le tocó, como a tantas otras, vivir un momento donde ser lesbiana era formar parte de la marginalidad del diagnóstico médico.
No obstante, On Being Ill, acerca de estar enferma, es uno de los primeros textos o programas político-poéticos sobre la divergencia totalcon respecto al régimen de normalización llamado salud y su hegemonía sobre los cuerpos. En este breve ensayo, Woolf en vez de adoptar la posición usualmente victimista de quien se ve sometida a un régimen de opresión, da cuenta de la famosa frase de Deleuze «una salud frágil mejora la escucha de la vida» pero... muchísimo antes...
¿Se escribe sobre estar enferma? ¿La enfermedad cuenta con sus metáforas, como el amor o la guerra entre otros estados valetudinarios? ¿Tenemos quienes somos consideradas enfermas nuestros léxicos propios para defendernos o encantarnos? ¿Existe una literatura sobre la enfermedad que no sea de auto-ayuda, género que no existió en época de Woolf, por fortuna para ella, o que eluda los parámetros médicos? Las personas enfermas de Woolf son las desertoras del ejército de las erguidas, soldadesca que construyen cotidianamente esta inmundicia que se le llama civilización y todos sus males; las enfermas son personas irresponsables, extramorales, con la franqueza y la seriedad del juego infantil; indiferentes a las loas del progreso y sus avances, cuyos cuerpos se fueron a la huelga humana. El abandono de la persona enferma es en muchos casos hasta una oportunidad, ya no hay que fingir, ya no hay pretensiones, no es necesario ni ser cordial, ni se está obligada socialmente a cultivar esa sociabilidad envenenada o soledad negativa que el mundo sin diagnóstico que cree gozar de buena salud padece dia- riamente. A la persona enferma como a la vieja el mundo la ha olvidado.
Y recordemos que no es un gran mundo donde ser recordada. No lo era en época de Woolf, tampoco ahora. Es mejor estar a su vera.
On Being Ill permite trasmitir la experiencia empoderante de la enfermedad por medio de la palabra, donde se sueltan las verdades y el cuerp se deshace de la cautelosa respetabilidad que la salud oculta por el bien social. El cuerpo enfermo deja al policía interno fuera de servicio para captar lo que está más allá del sentido de las apariencias hasta volverlo escritura. El cuerpo enfermo tiene tiempo de sobra para librar batallas en la soledad del dormitorio, convaleciente. Tiempo para la creación de una literatura vigorosa y vital, para la creación de un nuevo lenguaje y una nueva jerarquía de las pasiones, es decir de los padecimientos. Al fin de cuentas quién dijo que estar enamorada es más sublime que escucha voces recitando griego en la propia cabeza.